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El pasado ya pasó y el futuro es incierto. El único lugar donde puedes encontrar tu IKIGAI es en este preciso momento. Celebra este instante.

Pon una alarma para cada dos horas hoy, que sea al minuto 22. Cada vez que suene, detente por 10 segundos, respira y pregúntate: ¿Estoy realmente presente en lo que estoy haciendo?.

Ejemplo:
Un monje zen que barre el suelo con total concentración. No está pensando en la siguiente tarea ni en problemas pasados. En ese instante, sólo existe la escoba, el suelo y el sonido del barrido.

Maria Angela Soto Ospina
Creadora de las cartas del juego del IKIGAI

[email protected]

@felicidadconmas

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